Poderoso caballero...

Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero Es don Dinero.

Así empieza el celebérrimo poema de Quevedo, que tanta razón tiene. La visita del Papa, 20 millones de euros, que la America's Cup venga a Valencia 300 millones de euros, construir el Ágora en la ciudad de las ciencias 60 millones de euros, Volvo Ocean Race 5 millones de euros, Terras míticas, ciudades de la luz... Coño, si vivo en la región más rica del mundo y no me había dado cuenta, bueno un poco de cuenta si que me dado, porque no me puedo permitir un piso, llenar el depósito de gasolina todas las semanas, o comprarme un coche nuevo.

Todo el mundo se queja de los contratos basura, del precio de la vivienda, de la gasolina... Yo ya estoy cansado de quejarme, lo han conseguido, me empiezo a resignar. Nunca tendre un Cayenne, ni un Yate, ni un Jett, ni un Palais, ni un pañuelo de Louis Vuitton (cuestan 300 euros los dichosos pañuelitos) pero tampoco los quiero... porque tendré otras cosas que seguramente me harán más feliz (quien no se consuela es porque no quiere). Y no, no hablo de la selección española, hablo de familia, amigos, salud... y una cosa que estoy empezando a apreciar de nuevo, los conocimientos. Y es que saber, al final, es más importante que tener, porque la ignorancia no se quita con billetes, pero el conocimiento... eso no tiene valor. (Así que enseñadme muchas cosas)