Contratos basura

Recuerdo que cuando estaba en el instituto se hizo algún tipo de manifestación para protestar por la nueva reforma laboral que aprobaba el gobierno de Aznar, que muchos sufrimos hoy en día, pero nada remotamente parecido a lo que ocurre en Francia. Bien es cierto que la tipología contractual que proponen en Francia es más drástica a la que se aplicó en España, pero el cambio, la reforma, quizás aquí fue mayor, más amplia y difícil si tenemos en cuenta el punto desde el que se partía. Dejando de lado las reformas laborales, en nuestro país sufrimos un mal endémico de pasotismo político, salpimentado (para maquillar el desazón) con una gran conciencia social. Cuando hay manifestaciones en contra del terrorismo, la guerra, a favor del Agua para todos, los derechos de los homosexuales... nos reunimos en masa y a pasearnos por la ciudad. Si hay telemaratones a favor de África, China, o para ayudar a las víctimas de terremotos, maremotos... somos los primeros, y eso es digno de elogio sin duda. Somos los primeros en donaciones, reciclajes... En cambio cuando hay que luchar por el sueldo digno, la vivienda, la sanidad, el trabajo, e incluso la educación, me da la sensación de que no tenemos tanto interés como en otras partes del mundo, no nos lo tomamos en serio. Con la excepción eso sí, de esa raza en peligro de extinción llamados "concienciados" que arrastran a unos cuantos individuos de la masa denominados "pasotas", a visitar las calles llenas de "lecheras" de la policía.

Pongamos por ejemplo una reunión del G-8. Se hace en Italia, y hay 100.000 personas en "Pié de guerra", se hace en Belfast y la ciudad está más vigilada que el pentágono, se hace en Barcelona y ya nadie se acuerda de los contenedores que quemaron, las piernas que partieron y el mal gusto que se les quedó a los pocos y azarosos manifestantes. Ejemplo 2, un debate televisivo en España entre Rajoy y Zapatero cuantos españoles lo verían, 4, 5 quizás 6 millones, y eso siendo muy pero que muy optimista. En cambio en Italia hicieron un Debate Prodi-Berlusconi y lo vieron 16 millones de media, con topes de 20 millones de espectadores... En Alemania el debate entre Angela Merkel y Gerhard Schroeder ha sido uno de los programas más vistos del año, sino el que más.

Ciertamente a mi no me gustaría llegar al nivel de Francia, donde cada semana hay una huelga en los transportes o en los servios públicos en general, pero si me gustaría que hubiera una mayor implicación de la gente jóven en la política. En las universidades francesas hay decenas de organizaciones y asociaciones, que defienden intereses políticos, y que dependen de partidos minoritarios, mientras aquí hay una sensación de desconfianza en la política muy preocupante. Los políticos son para muchos jóvenes, personas que están para llevárselos y para enchufar a sus amigotes en los puestos de relevancia. Y mientras en Francia se unen todos para luchar contra una ley que consideran injusta, aquí pensamos: "para que protestar, total hacen lo que les da la gana", o lo que es peor "vamos a la mani, así nos pelamos un día de clase". Así no es difícil imaginar que la gente se drogue, vote al partido de la marihuana, o su único objetivo sea organizar un macrobotellón y pillar un ciego. Hay que hacer algo al respecto.